Netflix inició el año 2021 con el pie derecho, al estrenar el pasado 7 de enero la película Fragmentos de una Mujer, dirigida por el húngaro Kornél Mundruczó y escrita por Kata Wéber. La película nos presenta a Martha (Vanessa Kirby), quien está a la espera de su primer bebé con su esposo Sean (Shia LaBeouf). Después de un sano embarazo y un parto normal, todo se desmorona para ellos al ver la muerte de su hija tan solo unos minutos después del nacimiento. A partir de aquí vemos cómo la vida de los protagonistas se transforma, y, más a detalle, seguimos el proceso de duelo de Martha.
La pérdida de un hijo es, seguramente, el sufrimiento más grande que una persona puede experimentar, y es tan grande que supera a la persona que lo sufre, volviéndose algo que cambia todo su entorno y a las personas en él; esta película hace un excelente trabajo demostrando esta parte. Desde la primera escena después de la pérdida, vemos el inmediato cambio en Martha: está completamente desconectada y apagada, además de que se ha vuelto fría y distante con los que la rodean, incluso con su esposo.
Su matrimonio con Sean empieza a romperse: él no sabe cómo manejar la indiferencia de su mujer; la relación cercana que vimos al inicio de la cinta ya no existe. Mirar a Martha actuar de esa manera después de la muerte de su hija podría confundir, e incluso molestar a muchos, ya que ante este tipo de situaciones esperamos ver la tristeza y el llanto como parte normal del comportamiento de los afectados. Esto no siempre es así, ¿pero es normal?
Sobre el duelo
Durante décadas, muchos autores han presentado diferentes teorías sobre el duelo, cada una con diferentes etapas; ninguna de ellas es incorrecta, simplemente son diferentes enfoques. Para el propósito de esta entrada, nos enfocaremos en la clasificación que aparece en la última edición del Tratado de Psiquiatría de Kaplan, la cual consiste en tres etapas:
Fase de shock y negación: predomina la negación y el aturdimiento. Se producen intensos sentimientos de separación y una amplia variedad de comportamientos relacionados a esto, como la añoranza, atención dispersa y la confusión.
Fase de angustia aguda y aislamiento: En esta etapa es donde hay más sufrimiento, ya que se presentan sentimientos de forma más aguda e incluso puede haber malestares físicos, tales como dolores de cabeza, debilidad física, cansancio, sensación de ahogo, entre otros. Se piensa en la persona fallecida de forma constante y aparecen sentimientos de culpa y tristeza desbordada, falta de motivación para hacer actividades ordinarias y dificultad para dormir. Todo esto acompañado de mal humor frente a familiares y amigos, lo cual hace que la persona prefiera estar aislada o que las mismas personas se alejen.
Fase de reorganización: la persona asume el verdadero significado de la pérdida, marcando el comienzo de esta nueva etapa en la que recupera su vida previa: vuelve al trabajo, asume sus comportamientos anteriores y adquiere nuevos si es necesario, se relaciona de nuevo con su entorno social y se reconcilia consigo misma.
El filme nos ejemplifica cómo sería este duelo de forma clara y lineal. La primera fase es la que comienza después de la muerte de la bebé, podemos decir que Martha está en shock porque no entra en un estado depresivo inmediato, no la vemos llorar durante esta parte, incluso regresa a su trabajo y sale a distraerse a un centro nocturno más adelante.
La segunda fase va apareciendo a la par de la primera: Martha pone una drástica distancia con su hermana y su mamá, al mismo tiempo que lo hace con su esposo. Durante este tiempo, se da un momento clave en el duelo de Martha: finalmente acepta ir a una reunión en casa de su madre y por primera vez se da un diálogo sobre la muerte de su niña. Esto termina en discusión, ella ahora está experimentado la ira. Con esto, ella accede a asistir a declarar al juicio en contra de la partera que la asistió.
Por primera vez, Martha se ve obligada a reconocer todo lo que la muerte de su hija la hace sentir, la ponen a recordar hasta el más mínimo detalle de ese día y decide ver por primera vez las fotos de ella sosteniendo a su hija durante el poco tiempo que estuvo con vida; finalmente llora y se permite sentir la tristeza. Regresa a la corte para iniciar la última fase: Martha no culpa a la partera por la muerte de su bebé y se perdona a ella misma al reconocer que tampoco fue suya. Después de esto, la vemos despidiéndose de su hija arrojando sus cenizas al río; Martha está lista para reorganizar su vida.
Una película muy cruda y amarga que puede resultar difícil de ver, sobre todo para quienes lamentablemente se identifican con la historia. Aunque el episodio es sobre Martha, vemos cómo su hermana, su madre y su esposo sufren a la par de ella, demostrando que el duelo es algo que afecta también a las personas cercanas a quien lo atraviesa. Además, es un ejemplo de que cada persona tiene su manera de afrontar este proceso y no importa cómo se lleva, tarde o temprano se llega al mismo fin. No solo se llora la pérdida de alguien y se sigue adelante, la vida, en todos los aspectos, se rompe y se vuelve a construir.
Alejandra Pérez Fierro
Referencias
Neimeyer, R. (2002). Aprender de la pérdida: una guía para afrontar el duelo (Goméz, Y. trad.). PER; Paidós. (Original publicado en el 2000). https://www.academia.edu/32733080/Aprender_de_la_perdida_Una_guia_para_afrontar_el_duelo_Robert_Neimeyer
Guillem, V., Romero, R. y Oliete, E. (s. f.). Manifestaciones del duelo. Instituto Valenciano de Oncología.https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/manuales/duelo/duelo08.pdf
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