En los últimos años, la palabra resiliencia ha cobrado relevancia en el ámbito de la investigación y se ha hecho cada vez más presente en las conversaciones cotidianas. Sin embargo, aún parece existir una falta de comprensión sobre qué es realmente la resiliencia, pues su definición se presta a que sea confundida con otros conceptos. Es por esto que aquí revisaremos en qué consiste realmente, abordando también sus características y tipología.
La palabra resiliencia no es un término propio de la psicología, tiene sus orígenes en la física, donde hace referencia a la capacidad de un material para recobrar su forma original luego de someterse a una presión deformadora. Dicho concepto se fue adaptando a las ciencias sociales a principios de los años noventa, cuando comenzaron a realizarse las primeras investigaciones sobre el tema, todavía sin llamarse propiamente de esta manera.
De acuerdo a la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), la resiliencia es el proceso de recuperarse y adaptarse de manera exitosa ante una situación trágica o traumática. Entonces, basándonos en esta definición, no es un rasgo de la personalidad, sino más bien un conjunto de factores que conforman una secuencia, cuyo fin es la superación de un conflicto. Ser resiliente tampoco significa no experimentar estrés, tristeza o frustración; todo lo contrario, ya que incluye la aceptación y expresión plena de emociones de una manera sana.
Características de la resiliencia
Muchos autores concuerdan en que la resiliencia se conforma por tres características principales:
● Temperamento y atributos de la personalidad del individuo: aquí se ve la capacidad reflexiva y las habilidades cognitivas. Una persona resiliente normalmente demuestra una inteligencia emocional que le permite regular sus sentimientos de manera adecuada, además de tener una premeditación que le permite tomar decisiones correctas.
● Familia: los individuos que cuentan con una red de apoyo familiar consistente suelen tener más fuerza emocional y confianza. En cambio, una persona que ha sufrido una pérdida a temprana edad o ha sido abandonada por algún miembro consanguíneo es más propensa a ser inestable emocionalmente.
● Disponibilidad de apoyo social en sus múltiples formas: las personas que encuentran su sentido de pertenencia en la comunidad en la que viven cuentan con una red de apoyo aún más amplia, la cual ya no se concentra solamente en su familia.
Cuando una persona reúne estas características es más probable que pueda desarrollar el proceso de resiliencia, no obstante, el hecho de que alguien no cuente con todas o ninguna de estas no implica que no pueda ser resiliente.
¿Cuáles son los tipos de resiliencia?
Se divide en cuatro tipos, cada uno con sus propias particularidades:
●Resiliencia psicológica: se refiere al buen manejo del comportamiento durante una situación traumática o de estrés. Esta clase permite al individuo mantener la calma para actuar, de manera que no haya consecuencias negativas a largo plazo.
● Resiliencia emocional: es la que permite a una persona conocer sus emociones, cuándo y por qué aparecen. Estar abierto a dejarlas fluir, en lugar de ocultarlas, ayuda a trabajar esta categoría.
● Resiliencia física: se refiere a la capacidad de adaptación que tiene nuestro cuerpo ante cambios internos y externos, como enfermedades, accidentes, eventos traumáticos, etc. Mantener un estilo de vida saludable define mucho esta parte.
● Resiliencia comunitaria: es la capacidad de recuperación que tiene una comunidad ante una situación que afecta a todos sus integrantes de manera negativa. Desastres naturales, delincuencia, crisis económicas, son algunos ejemplos de escenarios de estrés a los que se pueden enfrentar este grupo de personas como comunidad.
El estudio sobre la resiliencia ha sido clave para tratar de entender cómo y bajo qué circunstancias el ser humano puede superar situaciones que parecerían imposibles de sobrellevar. Seguir conociendo y comprendiendo lo que implica este concepto resulta de gran importancia, no solo para saber un término más, sino para entender cómo se puede trabajar en desarrollar este proceso y que resulte beneficioso tanto para nosotros como para quienes nos rodean.
Alejandra Pérez Fierro
Referencias
Becoña, E. (2006). Resiliencia: Definición, características y utilidad del concepto. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 11(3), 125-146.
Hurley, K. (23 de octubre de 2019). What Is Resilience? Your Guide to Facing Life's Challenges, Adversities, and Crises. Everyday Health. Recuperado de
Riopel, L. (29 de abril de 2020). Resilience Skills, Factors and Strategies of the Resilient Person. Positive Psychology. Recuperado de
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