La cultura es uno de los aspectos más fascinantes de la humanidad y es algo que está presente desde las primeras sociedades conocidas. Esta evoluciona, no se queda estática con el paso de las generaciones, es por esto que los parámetros de conducta y salud mental cambian también constantemente. Considerando que en todo el mundo hay miles de culturas, ¿te has preguntado si un problema de salud mental es el mismo aquí que otras partes?
¿Qué es la cultura?
La cultura es el conjunto de todas las formas, modelos o patrones a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que están en ella. Aquí se incluyen las costumbres, prácticas, códigos, normas, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Básicamente, es la identidad que nos hace pertenecer a una sociedad y todo lo que implica ser miembro de ella. Como ya sabemos, cada país tiene su propia cultura, y estas son tan variadas que incluso dentro de ellas cada entidad tiene sus expresiones y peculiaridades específicas, es por esto que cada región posee sus reglas particulares sobre qué comportamientos se consideran adecuados o cuáles son considerados desórdenes o trastornos.
¿Cada país con sus propios trastornos mentales?
Los trastornos mentales se definen por las normas y valores tanto culturales, como sociales y familiares. La cultura determina la interpretación de la experiencia y expresión de los síntomas, signos y comportamientos que constituyen criterios para el diagnóstico de un trastorno. Entonces, los factores sociales y culturales son los que en realidad definen qué condiciones serán consideradas como problemas psicosociales y lo que se debe hacer a fin de resolverlos. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (quinta edición) es la guía de diagnóstico mas usada en Estados Unidos, y este país es uno de los más diversos del mundo por la constante entrada de inmigrantes. Es por esto que en el manual se mencionan los criterios de diagnóstico ahí establecidos, los cuales siempre están sujetos a los factores culturales que definen a una persona.
La cultura tiene tanto peso en el desarrollo de nuestra personalidad que incluso existen trastornos específicos de ciertos lugares. Algunos son tan frecuentes en determinada población que, a veces los observadores dejan de reconocer sus aspectos patológicos y pasan a considerarlo como una forma de expresión normal. Los primeros estudios que buscaban comparar el comportamiento entre culturas se hicieron a inicios de los años 1900, cuando diferentes investigadores comenzaron a viajar a lugares lejanos y "extraños" para realizar observaciones. Estos primeros estudios catalogaban cualquier acto o pensamiento que fuera diferente como un indicio de poca sanidad mental, o directamente como un trastorno, tomando así como referencia solamente lo que ellos conocían como conductas normales y dejando completamente de lado la cultura de los lugares a los que iban.
Con el paso de las décadas estos análisis fueron evolucionando y los investigadores ya no solo observaban el comportamiento de las personas, sino que también se entendía todo el entorno donde vivían y que tan normales eran ciertas conductas en la población. Fue así como nació la Etnopsiquiatría, disciplina que estudia la relación de la cultura con las psicopatologías.
Pibloktoq, Windigo, Latah y Amok son palabras que muy posiblemente nunca hayas leído, lo cual es normal. Estos son algunos ejemplos de trastornos específicos de la cultura. Son padecimientos peculiares, prácticamente ausentes en otras regiones, lo que hace imposible una comparación. Windigo, por ejemplo, es un trastorno que se da específicamente en un grupo de tribus indígenas que habita al noreste de Canadá y se trata de un cuadro de comportamientos agresivos que, si no se contiene, termina en homicidio y canibalismo. Las personas con Windigo comienzan a tener estos cambios de conducta de manera gradual, y al identificarlos suelen recluirse hasta que la crisis pase o buscar a un chamán para que los cure. Lo singular de este trastorno es que las personas que lo han experimentado tienen amnesia después del acto, no recuerdan haber cometido esas terribles acciones. Los locales atribuyen esto a un espíritu maligno que posee a los más débiles de su colonia: el espíritu es Windigo.
Un ejemplo más local es el que ocurre en nuestra entidad: Ciudad Juárez. Siendo esta una ciudad que ha sido golpeada por la violencia durante décadas, su población se ha acostumbrado a ella, obteniendo como resultado un porcentaje muy alto de personas que tienen comportamientos propios del trastorno de estrés postraumático, de ansiedad y también del trastorno paranoide de la personalidad. Algo que es visto como un problema de salud en otros lugares, ha pasado de cierta forma a ser parte de la normalidad en nuestra población.
En conclusión, se puede decir que lo normal es subjetivo, esto depende siempre de la cultura y no se puede juzgar desde la perspectiva de otra. Son muchos los misterios, las preguntas y las dificultades conceptuales que plantea la enfermedad mental, en realidad estamos muy lejos de comprender qué es lo que pasa en las mentes de quienes consideramos que tienen desórdenes. Pero, para seguir avanzando, es importante entender que cada sociedad tiene sus propios males y por ende, no se puede dar un mismo tratamiento a todo el mundo. La cultura está arraigada a la humanidad, y es la clave para entender desde eventos históricos, hasta los rasgos de personalidad de cada individuo.
Alejandra Pérez Fierro
Referencias
Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (5ª edición). Editorial Médica Panamericana.
De Noronha, M. (1998). Trastornos específicos de culturas. Revista de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Barcelona, 25(5), 131-138. Recuperado de: https://amepsa.org/docs/trabajo31.pdf
Uribe, C. (2000). La controversia por la cultura en el DSM-IV. Revista colombiana de psiquiatría, 29(4), 345-366. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/806/80629403.pdf
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