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DSM: una de las fuentes de consulta sobre trastornos mentales

Writer's picture: Alejandra Pérez FierroAlejandra Pérez Fierro

En la actualidad, estamos acostumbrados a tener toda la información al alcance de un clic gracias al internet, pero sabemos que no todo lo que encontramos ahí es verídico. Muchos blogs y páginas web podrían mostrarnos resultados pobres si investigamos sobre cualquier trastorno mental, entonces ¿dónde podemos hallar información fiable? y ¿cómo podemos estar seguros de que es auténtica? Existe una fuente donde podemos encontrar una clasificación de trastornos mentales, la cual podemos considerar como aceptable y válida: el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.


El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, mejor conocido por sus siglas en inglés: DSM. Es una clasificación de los trastornos mentales con criterios asociados publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA). Su objetivo principal consiste en ayudar a profesionales de la salud en el diagnóstico de estos padecimientos, como parte de la valoración de un caso, permitiendo así elaborar un plan de tratamiento documentado para cada individuo. Si bien no todos los casos son iguales, este manual da las pautas generales para identificar qué posible trastorno podría presentar un paciente para ir marcando una dirección.



El DSM ha pasado por diferentes ediciones con el propósito de actualizarse a las necesidades de la sociedad cambiante. La primera de ellas, el DSM-I, se publicó en el año 1952 y no fue muy bien recibida por la comunidad de psicólogos de aquel entonces. Se criticaba su falta de criterios para la valoración y la pobre definición de sus conceptos. A pesar de que se consideraba excelente para diagnosticar la psicosis, su uso fue limitado.


En 1968 llegó el DSM-II, que incluía muchas más categorías que el anterior. Su publicación creó discusión por la terminología utilizada en la esquizofrenia, por lo que, casi de inmediato, se inició su revisión para actualizarlo. Doce años después, en 1980, se publicó el DSM-III, donde se estableció el modelo descriptivo basado en la evidencia, ya no solo en la teoría. La neurosis pasó a denominarse trastorno de ansiedad y se eliminó la homosexualidad como criterio de diagnóstico. A pesar de ser criticado por contener demasiadas categorías, su edición revisada, de 1987, logró que el uso de este manual se hiciera más generalizado.


El DSM-IV fue publicado en 1994 con la intención de simplificar el lenguaje usado en sus ediciones anteriores. Los trastornos mentales orgánicos desaparecen y se incorporan nuevos como aquellos relacionados a la alimentación, el delirio, la demencia y la amnesia; así como los trastornos cognitivos y los del desarrollo severos, además, también fueron remodelados los trastornos sexuales infantiles. En su edición revisada del año 2000 fueron añadidas algunas precisiones en los trastornos infantiles como el trastorno de déficit de atención, trastorno de hiperactividad, y es en esta edición donde aparece por primera vez el espectro autista.


Finalmente, en el año 2013 llega la última edición, el DSM-V, que es posiblemente la edición más criticada desde el nacimiento de este manual. Esto debido a las drásticas modificaciones que se realizaron, por ejemplo, el duelo como suceso natural entra ahora en la categoría de depresión mayor. Este tipo de cambios hicieron que la comunidad científica cuestionara lo que el manual considera un trastorno mental, ya que ahora pareciera que casi cualquier comportamiento podría entrar como un criterio de diagnóstico. Incluso el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH por sus siglas en inglés) anunció que dejaría de utilizar el DSM y, por tanto, dejaría de colaborar para futuras versiones del manual.


Muchos grupos de profesionales de la salud y educación se han involucrado en el desarrollo del DSM, incluidos médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, terapeutas, epidemiólogos, estadísticos, neurocientíficos y neuropsicólogos. Es una valiosa herramienta que debe ser utilizada con responsabilidad para que cumpla con su propósito, y que además sirva para difundir información confiable y con respaldo sobre un tema tan delicado y rodeado de tantos mitos como son los trastornos mentales.


Alejandra Pérez Fierro


Referencias

Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (5ª edición). Editorial Médica Panamericana.

Del Barrio, V. (2009). Raíces y evolución del DSM. Revista de historia de la psicología, 30 (2-3), 82-90.


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