Digamos que estamos viendo una película, Silence of the Lambs, Halloween, Joker, American Psycho, o algo con un buen antagonista, y salimos pensando “Ah, la gente mala es aquella que está enferma, que está loca, ¡debo alejarme de gente así!”. Luego nos mencionan un hospital psiquiátrico y hasta nos dan escalofríos porque imaginamos que el lugar está lleno de gente como Hannibal Lecter, Michael Myers, Patrick Bateman o El Guasón.
En el cine, es frecuente que se utilicen personajes con padecimientos psicológicos o psiquiátricos con el fin de exagerar las características de estas enfermedades para crear a un villano. Lamentablemente muchas de estas interpretaciones llevan a que se propaguen las creencias de que quienes viven con enfermedades mentales están locos, son agresivos o malos; la realidad no podría estar más alejada de dicha concepción. De cualquier modo, en los largometrajes no todo es erróneo y un buen ejemplo de esto es Melvin Udall en As Good as it Gets o Mejor… Imposible, en español. (Alerta de spoiler).
Viviendo con un trastorno mental
La cinta estadounidense fue estrenada en 1997, y dirigida por James L. Brooks, trata sobre la vida de Melvin (Jack Nicholson), novelista de unos cuarenta años quien vive sus días dentro de su apartamento, mientras sigue un régimen y horario estrictos para escribir, comer y dormir. Desde un inicio nos damos cuenta de que padece un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), por lo que la película narra el viaje del personaje principal hacia la búsqueda de un tratamiento, todo con el fin de mejorar para sí mismo y también, como toda comedia romántica de los noventa, para conseguir el corazón de la mujer que ama, en este caso, Carol (Helen Hunt).
Entonces, se nota que Udall padece TOC porque, de acuerdo al DSM-5, presenta obsesiones, que son ideas persistentes recurrentes e inevitables que causan ansiedad, a través de sus pensamientos en torno a la suciedad, enfermedades y mala suerte. Asimismo demuestra compulsiones, que son actos repetitivos e irrazonables realizados para satisfacer las obsesiones, como respuesta a su miedo a los gérmenes: Melvin rara vez sale de casa, usa un jabón nuevo por cada vez que se lava las manos y utiliza agua muy caliente para esto, no toca a la gente, ni se deja tocar por otros, lleva sus propios cubiertos para comer, viste guantes cuando sale de su apartamento y los tira a la basura después de cada salida.
Para satisfacer las ideas relacionadas a la mala suerte, el personaje camina sin pisar las grietas en la calle, pone y quita el seguro de su puerta cinco veces, también prende y apaga la luz cinco veces después de entrar a su casa. En adición a esto, Melvin acude a la misma hora, todos los días a comer a una cafetería donde debe sentarse en la misma mesa y ser atendido por Carol, la única mesera que tolera su carácter y exigencias, de otro modo, empieza a sentirse muy estresado y ansioso.
Camino hacia el tratamiento
Debido a que Simon, vecino de Udall, es internado en el hospital, Melvin se ve en la obligación de cuidar de Verdell, un pequeño perro siempre odiado por él. Al principio, esto causa mucho conflicto en Melvin, quien trata a Verdell de una forma grosera y desinteresada; no obstante, poco a poco, empieza a desarrollar cariño por el cachorro. Justo en esta parte de la película surgen los cambios más importantes para el protagonista: cuida a la mascota, se encariña con ella, cambia su rígida rutina por nuevos paseos en la calle; esto conlleva a que se vea envuelto en otras acciones como hacer un road trip con Simon y Carol para visitar a los padres del primero, tener una cita con Carol, comenzar a desarrollar estas relaciones y, eventualmente, tomar la decisión de iniciar a tomar el medicamento recetado previamente por su psiquiatra.
Es mediante los cuidados a Verdell que, en cierto sentido, recibe una terapia de exposición y prevención de respuesta, uno de los tratamientos más utilizados para el TOC. De acuerdo con Saval (2015) este consiste en experimentar las situaciones que causan ansiedad de manera voluntaria, ya sea de forma directa o imaginativa. En cuanto a las causas de este trastorno, Vílchez y Orozco (2015) argumentan que, normalmente, se debe a un desbalance de neurotransmisores como dopamina, serotonina y glutamato, por lo que existen medicamentos que pueden ayudar a regular este problema. Es probable que la enfermedad de Melvin tenga estas raíces fisiológicas, y por ello se le haya recetado tomar medicamentos. Según Saval, existe bastante información que apoya el uso de la terapia de exposición y prevención de respuesta en conjunto con la medicación para el tratamiento de esta enfermedad.
Otro aspecto importante para la mejora del protagonista son las diferentes redes de apoyo que va generando, como cuidar de Verdell, la amistad con Simon y relación amorosa con Carol, aquí Melvin encuentra motivación al cambio, al desear mantener y cuidar de estas personas en su vida, incluso acude de nuevo con su psiquiatra, quien le aconseja iniciar con los medicamentos ya recetados, y después de un tiempo comienza a hacerlo. Para el final del largometraje Udall muestra una transformación sustancial, pero el problema está aún lejos de ser erradicado por completo, tal y como se ha demostrado en la vida real, pues después de un tiempo utilizando medicación, cerca de la mitad de los pacientes aún presentan dificultades para erradicar la enfermedad, por lo que es necesario además iniciar un proceso terapéutico para favorecer la adherencia y seguimiento; varios autores, como Vílchez y Orozco, concuerdan en el uso de la terapia cognitivo conductual para esto y, con el tiempo, nuestro protagonista podría tener una vida más normal y feliz.
En conclusión, Melvin Udall es un personaje con altos y bajos. De hecho, al principio comienza dándonos una muestra de todas las razones por las que no quisiéramos conocerlo o toparnos con él, sin embargo, a través de 130 minutos de película podemos ver el viaje que realiza hacia el querer cambiar para aprender a sobrellevar mejor un trastorno como el TOC, dicho viaje no es fácil, ni sencillo, es un vaivén de recaídas y mejoras. As Good as it Gets es una película que ayuda a reducir el estigma existente hacia las personas que padecen enfermedades mentales. En un principio Melvin parece un villano más, alguien agresivo y grosero, pero somos testigos de su vida, sus emociones, pensamientos y somos capaces de empatizar con él; comprender que dichos comportamientos son resultados del largo aislamiento. Esta película resulta una representación fidedigna del trastorno obsesivo compulsivo.
Udall hace una pregunta: “¿Esto es lo mejor que puede llegar a ser?”, después de sentir que tocó fondo con su enfermedad, pensando que nada va a cambiar y que siempre estará solo. La respuesta a tal pregunta la sabemos al final del largometraje, cuando el protagonista termina tomando su tratamiento, con una novia, un mejor amigo y un perro, un giro de 180 grados en su forma de existir: no, Melvin, las cosas siempre pueden mejorar.
Érika Bocardo Flores
Referencias
Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (5ª edición). Editorial Médica Panamericana.
Saval Manera, J. J. (2015). Exposición y prevención de respuesta en el caso de una joven con trastorno obsesivo-compulsivo. Revista de Psicología con Niños y Adolescentes. 2(1). 75-81.
Vílchez Ceballos, M. y Orozco Alonso, M. T. (2015). Aplicación de la terapia cognitivo-conductual en un caso de trastorno obsesivo-compulsivo. Revista de Casos Clínicos en Salud Mental. 1. 79-100.
Comments